jueves, 11 de junio de 2015

La derecha no es lo que algunos creen

Pisando callos

La derecha no es lo que algunos creen
Miércoles,  14 de Mayo, 2014
La derecha es el brazo político de los ricos” piensan muchas personas. Eso es lo que han dicho y siempre dicen los socialistas. Pero es una verdad a medias. Hay dos clases de derechas en la política: la buena y la mala.
La mala es la derecha mercantilista, y de esa es cierto lo que dicen los socialistas: los ricos usan el gobierno para darse a sí mismos privilegios, beneficios y prebendas, y esa es la parte de verdad en lo que dicen los socialistas, pero lo que no dicen, es que ellos tambien lo hacen y son quienes abren las puertas para que se haga con mas frecuencia.

 Aunque  muchas veces, quienes usan el gobierno para darse a sí mismos privilegios, beneficios y prebendas, son los “intereses especiales”, y muchos de ellos son de izquierdas, como el ecologismo, el indigenismo y el feminismo.
La otra derecha, la buena, es la derecha liberal. Parte del principio básico del buen orden social: la separación entre lo público y lo privado. Los liberales pensamos que la esfera de los negocios públicos debe ser independiente de las esferas e instituciones privadas, que son las empresas, bancos, escuelas, iglesias, sindicatos, medios de prensa, etc., que se encargan todas de negocios privados. Y que los Gobiernos deben limitarse a la protección de los verdaderos derechos humanos: a la vida, la libertad y la propiedad.

A este fin desempeñan los gobiernos sus funciones propias naturales: proveer seguridad, externa e interna a personas y bienes; administrar justicia pública en base a unos pocos códigos y leyes razonables, justas, e iguales para todos; y tomar a su cargo la construcción y mantenimiento de ciertas obras de infraestructura física.

Para el liberalismo, los poderes, competencias, derechos y facultades de los gobiernos, tanto como sus gastos, ingresos y presupuestos, y sus recursos, deben limitarse a los requeridos para cumplir estos fines. Y para cubrir sus costos, no se justifica el cobro de impuestos ni los préstamos, por sumas que exceden estos límites, y en ningún caso la emisión de dinero sin respaldo.

Los anteriores principios del Liberalismo Clásico permiten el funcionamiento normal de los mercados libres de violencia y fraude, y abiertos a la competencia; y asimismo fomentan el respeto a la propiedad privada. Y por ello su vigencia es la única garantía para tener libertad, y otros valores igualmente deseables como orden, seguridad y justicia, respeto recíproco entre las personas, indispensable autonomía de las esferas privadas, paz y prosperidad generales.

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